Consideramos la globalización como la transterritorialización de los flujos sociales, y de esta forma damos cuenta de que la inmigración es uno de estos flujos cuyos principales focos de recepción en Europa son Alemania y España.
La entrada de inmigrantes altera la composición de la fuerza de trabajo del país receptor, ya que este constituye el principal factor de producción de una economía. Y en el caso de España, se ha producido desde 1995 hasta más o menos 2006, un crecimiento expansivo de la economía cuyo principal factor de contribución ha sido el de la inmigración y la incorporación de la mujer al trabajo.
La pregunta que se nos plantea es qué pasará cuando la población inmigrante que en la actualidad está trabajando comience a jubilarse, esto constituye un factor a tener en cuenta en un largo plazo, ya que el envejecimiento de la población podría variar la situación gracias a la cual la inmigración ha sido el principal factor de crecimiento dominante durante los últimos años.
Juan
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